Tüm renkler soldu
Kapkara çukurda
Tüm sesler sustu
Bir anda
Tüm ruhlar çürümüş
Kasvetli kutlama
Tüm sahte yüzlerde
Deri maske
Ve yine
Hiçlikte!
Boğuluyor benliğim
Derinlerde
(...)
28 diciembre, 2017
26 diciembre, 2017
I can see myself coming...
Busco en su reflejo,
estoy seguro que estoy dentro,
Apuñalo sus entrañas,
y otro cristal ha muerto...
Atrapo su disperción,
sus colores
Me asfixio en ésta ilusión
y no encuentro la entrada...
No encuentro la salida...
(...)
(Extracto de "Ensayos de Soledad" de Altamira)
estoy seguro que estoy dentro,
Apuñalo sus entrañas,
y otro cristal ha muerto...
Atrapo su disperción,
sus colores
Me asfixio en ésta ilusión
y no encuentro la entrada...
No encuentro la salida...
(...)
(Extracto de "Ensayos de Soledad" de Altamira)
22 diciembre, 2017
Radicales...
Querida Laura:
Si nos piden que nos alejemos,
Mejor nos vamos.
Tu conmigo,
Y yo contigo.
(De “El libro de los amores ambiguos”, Altamira)
Si nos piden que nos alejemos,
Mejor nos vamos.
Tu conmigo,
Y yo contigo.
(De “El libro de los amores ambiguos”, Altamira)
21 diciembre, 2017
Herrar es Equino...
Soy de la tribu de Caín, el mismo. Así como todos los que tratamos
de habitar, tenemos una misión, que si no fuera por las acciones nada en
el mundo sería; teoría del caos, lo haces acá y rebota allá, "está
escrito", como Judas, haces cosas para que pasen otras y se forja
nuestra historia.
Es simplista, pero acontecimientos y locura van de la mano, y mi cordura se agota. Estoy en Lazaro y no lo puedo evitar, eres parte de mi historia.
El Perdón es inhumano, es como pedir disculpas, "te perdono [hijo]...", eclesiastico, sarcastico, sonrisa, pero en fín, mañana saldrá el sol nuevamente y Cristo nunca será.
Quizá mañana...
Cuando pueda abrazar al sol y con gesto de franca satisfacción mi corazón hecho cenizas pueda decir: "Me perdono".
(Extracto de "Pedir perdón está de moda", Altamira, 19 de octubre de 2005)
Es simplista, pero acontecimientos y locura van de la mano, y mi cordura se agota. Estoy en Lazaro y no lo puedo evitar, eres parte de mi historia.
El Perdón es inhumano, es como pedir disculpas, "te perdono [hijo]...", eclesiastico, sarcastico, sonrisa, pero en fín, mañana saldrá el sol nuevamente y Cristo nunca será.
Quizá mañana...
Cuando pueda abrazar al sol y con gesto de franca satisfacción mi corazón hecho cenizas pueda decir: "Me perdono".
(Extracto de "Pedir perdón está de moda", Altamira, 19 de octubre de 2005)
19 diciembre, 2017
14 diciembre, 2017
Mi sentido común me traiciona...
Esquema para identificar imaginarios.
(de la serie "Voces de Vectores", Altamira 2017)
07 diciembre, 2017
Gepe - Alfabeto (videoclip oficial)
El charango como instrumento,
es implacable...
Éste,
es lo que queda.
...
05 diciembre, 2017
Salvo los hombres y los perros
por Giorgio Agamben
A Gilles Deleuze, el inventor, el inocente, el risueño, el fugitivo: el adiós de los filósofos.* En la primavera de 1987, yo seguí los últimos cursos de Deleuze en Saint-Denis y jamás olvidaré lo que esa voz me aportó de generosidad y de libertad. Veinte años atrás, durante un verano para mí igual de decisivo, seguía el seminario de Heidegger. Un abismo separa a estos dos filósofos, sin duda los más grandes de nuestro siglo. Ambos pensaron con un coraje extremo la existencia, a partir de la facticidad, y el hombre en cuanto ser que no es sino sus maneras de ser. Pero la tonalidad fundamental de Heidegger es la de una angustia tensa y casi metálica, en la que toda propiedad y todo instante se contraen y devienen tarea por cumplir. Nada, por el contrario, expresa mejor la tonalidad fundamental de Deleuze que esa sensación que a él le gustaba llamar con una palabra inglesa: self-enjoyment. El 17 de marzo, de acuerdo con mis notas, para explicar dicho concepto comenzó por exponer la teoría platónica de la contemplación. “Todo ser contempla —decía citando libremente de memoria—, todo ser es una contemplación, sí, incluso los animales, incluso las plantas (salvo los hombres y los perros —agregó—, que son animales tristes, sin alegría). Ustedes dirán que bromeo, que es una broma. Sí, pero incluso las bromas son contemplaciones… Todo contempla, la flor y la vaca contemplan más que el filósofo. Y, contemplando, se llenan de sí mismos y se alegran. ¿Qué es lo que contemplan? Contemplan sus propios requisitos. La piedra contempla el silicio y la calcita, la vaca contempla el carbono, el nitrógeno y las sales. Esto es el self-enjoyment. No es el pequeño placer de ser sí mismo, el egoísmo, es esa contracción de los elementos, esa contemplación de los requisitos propios que produce la alegría, la ingenua confianza de que algo va a durar, sin la cual no se podría vivir, pues el corazón se detendría. Somos pequeñas alegrías: estar contento de sí es encontrar en sí mismo la fuerza para resistir a la abominación”.
Aquí mis notas se detienen y así es como quiero recordar a Gilles Deleuze. La gran filosofía de este siglo sombrío, que había comenzado con la angustia, se acaba en la alegría.
Fuente: http://lobosuelto.com/?p=7525
A Gilles Deleuze, el inventor, el inocente, el risueño, el fugitivo: el adiós de los filósofos.* En la primavera de 1987, yo seguí los últimos cursos de Deleuze en Saint-Denis y jamás olvidaré lo que esa voz me aportó de generosidad y de libertad. Veinte años atrás, durante un verano para mí igual de decisivo, seguía el seminario de Heidegger. Un abismo separa a estos dos filósofos, sin duda los más grandes de nuestro siglo. Ambos pensaron con un coraje extremo la existencia, a partir de la facticidad, y el hombre en cuanto ser que no es sino sus maneras de ser. Pero la tonalidad fundamental de Heidegger es la de una angustia tensa y casi metálica, en la que toda propiedad y todo instante se contraen y devienen tarea por cumplir. Nada, por el contrario, expresa mejor la tonalidad fundamental de Deleuze que esa sensación que a él le gustaba llamar con una palabra inglesa: self-enjoyment. El 17 de marzo, de acuerdo con mis notas, para explicar dicho concepto comenzó por exponer la teoría platónica de la contemplación. “Todo ser contempla —decía citando libremente de memoria—, todo ser es una contemplación, sí, incluso los animales, incluso las plantas (salvo los hombres y los perros —agregó—, que son animales tristes, sin alegría). Ustedes dirán que bromeo, que es una broma. Sí, pero incluso las bromas son contemplaciones… Todo contempla, la flor y la vaca contemplan más que el filósofo. Y, contemplando, se llenan de sí mismos y se alegran. ¿Qué es lo que contemplan? Contemplan sus propios requisitos. La piedra contempla el silicio y la calcita, la vaca contempla el carbono, el nitrógeno y las sales. Esto es el self-enjoyment. No es el pequeño placer de ser sí mismo, el egoísmo, es esa contracción de los elementos, esa contemplación de los requisitos propios que produce la alegría, la ingenua confianza de que algo va a durar, sin la cual no se podría vivir, pues el corazón se detendría. Somos pequeñas alegrías: estar contento de sí es encontrar en sí mismo la fuerza para resistir a la abominación”.
Aquí mis notas se detienen y así es como quiero recordar a Gilles Deleuze. La gran filosofía de este siglo sombrío, que había comenzado con la angustia, se acaba en la alegría.
Fuente: http://lobosuelto.com/?p=7525
04 diciembre, 2017
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Tengo esta canción pegada hace por lo menos 3 meses. No sé cómo volvió a mi cabeza, pero se alojó. La llevo al metro, al bus, a la ofici...
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