continua sangre...

aprendiendo latin...

Nótese a Umberto Eco (sobre el sillón esperando boca abajo...) El Habana añejo (Abajo a la derecha asomando el cuello "robando" cámara) y a Dante Alighieri (Abajo a la izquierda, solo se le ve una esquina, venia de tomarse el ron...) Favor no notar el desorden...

[monologo del amor que nos habita?]

"Nadie viene a visitarme...
Nadie sabe que estoy aquí...
Hace mucho que no se nada...
y hace nada que me morí...
se de algunos que se recuerdan...
se de muchos que nunca vi...
dentro de muy pocos minutos
voy a hacerte resucitar..."

Colombina Parra.

Pedir perdón esta de moda

Mirando al cielo.
Mirando estrellas lo pude divisar.
Evento sublime como años atrás.

Quizá en vida el momento de reunirnos está distante, Quizá en nuestra hora recordemos que alguna vez sonreímos, nos herimos, amistad corrió por nuestro episodio favorito, "el faro del si y del no", o que ayer soñamos juntos.

Soy de la tribu de Caín, el mismo, que así como todos los que tratamos de habitar, tenemos una misión, que si no fuera por las acciones nada en el mundo sería, teoría del caos, lo haces acá y rebota allá, "está escrito", como Judas, haces cosas para que pasen otras y se forja nuestra historia.

Es simplista, pero acontecimientos y locura van de la mano, y mi cordura se agota. Estoy en Lazaro y no lo puedo evitar, eres parte de mi historia.

El Perdón es inhumano, es como pedir disculpas, "te perdono [hijo]...", eclesiastico, sarcastico, sonrisa, pero en fín, mañana saldrá el sol nuevamente y Cristo nunca será.

Quizá mañana...
Cuando pueda abrazar al sol y con gesto de franca satisfacción mi corazón hecho cenizas pueda decir: "Me perdono".

"Herrar es Equino..."

La Espera

Cuatro estaciones

“llegas caminando y no sabes tu destino...”, Caifanes.

“Recuerdos de infancia, siluetas que acaparan la atención de muchos pequeños que ya sientes que te rodean. Corres pero no es suficiente, moscas nietzschanas vuelan por doquier.

Figuras mecánicas potencian tu caminar errante pero festivo, por que la sombra que hay sobre ti es de luces, y posee olor a fiesta que se deposita en tu memoria a medida que registras cada instante de placer, de aquellos que crecemos sabiendo que solo duran una caída de sol. Ese ocaso, transformado en eterna expectación cuando te pasaste horas esperando a que los rieles cantaran su venida, presencia perdida mientras la inocencia perfilaba con esa fotografía.

Ahora, el sol te cubre totalmente y, movimientos estáticos se hacen eternos en tu inmensa paciencia: tu propia resignación de saber que este año será como el anterior, y que tendrás que volver como ayer, y que quizá unas cuantas gotas de agua detengan la sangre que corre por tu alma y –deseando– que una dulce conquista de sueños te acompañe mostrando lo que nunca será, lo que nunca verás, por que ocurre todas las noches, un grito cronometrado, un segundo.

Pensando en tu cuarto oscuro en medio de la nada, perdido, a la espera de tu condena mientras miras al infinito sabes¡ que aun eres, pero el frío ya amenaza tu quietud y lentamente despiertas junto a tu pasado.  Sabes¡ que ya no puedes dormir, porque otra cita onírica sería el fin, tus cansados gestos te deparan inevitable desgracia. Lo inevitable en la recepción de la nota, mensaje enviado por Hades a tu espíritu vacío y que invita a tu burbuja al sueño eterno...”

(")

(Altamira, 2003).

...

Mirando fuego y vida, mas alla de la linea que dibuja nuestro horizonte, mirando como nace y a la vez muere, mirando como intercambian su turno de vigilia, en su onírica atalaya, mirando como nos saturan y nos despojan, nos despojan y saturan, y mirando pasan los dias, su arco de tiempo nos deja en cada amanecer, en cada atardecer, y asi espero, a que como ladron en la noche, a que todo ojo alguno de estos días le verá, a que caiga por fin esa piedra sobre quien lo clame.

Altamira.

ojos últimos

Hoy lo recuerdo. Sabías (no asi yo) que esta sería nuestra despedida. Me mirabas como si quisieras enmarcar mi alma y así recordarme, quiza mañana. [Como ahora que ya no tenemos nuestros juegos que en infancia los hicimos nuestros predilectos. Descubrir con el corazón todos esos sentidos que hasta entonces eran inexistentes.] Esa mirada que condenaba nuestra unión como en juicio de cartas dispuestas por un destino. Esa mirada. Como recuerdo esa mirada.

Ese jardín...

Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que las mire para ser dichoso. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…"

de "El Principito"

Celephais

"...En un sueño, Kuranes vio la ciudad del valle, y la costa que se extendía más allá, y el nevado pico que dominaba el mar, y las galeras de alegres colores que salían del puerto rumbo a lejanas regiones donde el mar se junta con el cielo..."

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